
EcologÃa y Biodiversidad
Nuestro jardín es un refugio acogedor — no solo para las personas, sino también para los animales. La variedad de plantas y flores atrae a numerosos insectos. A principios de la primavera, los carboneros vuelan diligentemente de un lado a otro con ramitas y musgo para construir sus nidos en las casitas para pájaros. También las abejas encuentran su camino hacia el jardín y anidan en uno de los hoteles para abejas. En el estanque natural, salamandras y ranas comparten el agua como verdaderos huéspedes, mientras que la garza azul solo aparece de vez en cuando, en una visita fugaz, en busca de nuestras carpas doradas.
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Compañía colorida entre las verduras. Recogemos semillas de flores donde podemos y las sembramos en distintos lugares del jardín. Algunas flores, como caléndulas, tagetes y capuchinas, las plantamos deliberadamente entre nuestras verduras. Sus aromas y colores confunden a los insectos dañinos y, al mismo tiempo, atraen a especies beneficiosas, como las mariquitas que se alimentan de pulgones.
Muchas plantas que rápidamente son etiquetadas como ‘malezas’ son en realidad adoradas por nosotros. Como la ortiga mayor (Urtica dioica) y la ortiga menor (Urtica urens), el ajo de oso (Alliaria petiolata) y la gálium (Galium aparine). Nos aseguramos de que estos huéspedes originarios siempre puedan conservar un lugar. No solo son valiosas para innumerables insectos, sino que también son deliciosas en pestos o sopas y muy saludables. Secamos las semillas de la ortiga y las mezclamos en nuestra sal o las espolvoreamos sobre una ensalada.
No hay prisa, no hay desperdicio. Algunas plantas pueden extenderse mucho; estas las mantenemos bajo control manualmente donde preferimos dar espacio a otras plantas. Trabajamos completamente sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos — puede que sea más lento, pero para nosotros es la única forma correcta. Compostamos nuestros desechos de cocina y jardín, devolviéndolos al suelo, y usamos los restos más gruesos para hacer setos muertos — un valioso refugio y lugar de anidación para pájaros, insectos y pequeños mamíferos.
En varios lugares dejamos crecer la hierba libremente. Cortamos el césped de forma escalonada: en secciones y en diferentes momentos. Así, siempre hay flores disponibles para los insectos y los pájaros y pequeños animales encuentran refugio en la hierba alta.
¡Un poco de naturaleza salvaje es justo lo que la naturaleza necesita!
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Reutilizado con estilo. También en el interior damos prioridad a la sostenibilidad. Nuestras habitaciones para huéspedes están casi completamente amuebladas con muebles de segunda mano o de tiendas de objetos usados. Así, piezas con carácter cobran una nueva vida y contribuimos a una economía circular. Elegimos conscientemente el encanto y la durabilidad, sin renunciar al confort.
Además, fabricamos nuestros propios productos de limpieza. Es más sencillo de lo que parece, y así evitamos químicos dañinos innecesarios que son malos para las personas y el medio ambiente.

